El nudo y la viga
Un buen nudo - dijo el padre - es aquel que puede soportar una gran carga sin deshacerse.
El niño escuchaba atento, con sus ojos infantiles abiertos en un rictus de sorpresa que puso orgulloso a su progenitor mientras, sujetado con firmeza a la cuerda, un enorme madero casi volaba por el aire y era ubicado en la cúspide de la techumbre.
Una buena viga - explicó el padre - es aquella que puede soportar un gran peso sin romperse.
La mirada del muchacho lo indagaba todo como si fuera una curiosa aventura.
La enseñanza no fue vana.
Ya viejo, el padre pudo dar fe de lo aprendido por su hijo cuando, con el corazón atribulado de tristeza, tuvo que descolgar su cuerpo frío desde la viga mayor. Algunas líneas de orgullo descansaban para siempre en el rostro del suicida. El nudo era perfecto.
El niño escuchaba atento, con sus ojos infantiles abiertos en un rictus de sorpresa que puso orgulloso a su progenitor mientras, sujetado con firmeza a la cuerda, un enorme madero casi volaba por el aire y era ubicado en la cúspide de la techumbre.
Una buena viga - explicó el padre - es aquella que puede soportar un gran peso sin romperse.
La mirada del muchacho lo indagaba todo como si fuera una curiosa aventura.
La enseñanza no fue vana.
Ya viejo, el padre pudo dar fe de lo aprendido por su hijo cuando, con el corazón atribulado de tristeza, tuvo que descolgar su cuerpo frío desde la viga mayor. Algunas líneas de orgullo descansaban para siempre en el rostro del suicida. El nudo era perfecto.